ANIMALES NOCTURNOS

Hermosa y perturbadora, Tres noches, novela de Austin Wrigth que Tom Ford llevó a la pantalla bajo el título de Animales Nocturnos, va más allá de ser un thriller psicológico; constituye un ejercicio de ahondamiento, de indagación introspectiva, de esclarecimiento de esa parte no resuelta de la vida que todos ignoramos ─o desearíamos ignorar─; pero, sobre todo, descubre una de las aspiraciones máximas de toda escritura: la de ser artífice de una realidad que nos transforma.
La persona que creemos encarnar y la que realmente somos, la que podemos ser; o, yendo un poco más lejos, la que jamás sospecharíamos llegar a ser, conforma la materia de la que se alimenta este sueño convertido en pesadilla. Todo sucede dentro del sofisticado juego de su mecanismo literario, donde la ficción provoca, paradójicamente, mayores visos de realidad que la realidad misma. Personas y personajes se ven afectados mutuamente, confundiéndose. Cada uno de ellos revela, para su perjuicio, la faceta más oculta de su oscura condición.
¿Cuál es la historia? Tras varios años sin tener noticias de su primer marido, Susan Morrow recibe un paquete con el manuscrito de una novela suya titulada Animales nocturnos ya que Edward, pues ese es su nombre, desea recibir una opinión al respecto. Lo que comienza como una lectura más o menos crítica del texto ─donde se narra la historia de Tony Hastings, un profesor de matemáticas que, una noche, mientras viaja en coche con su mujer y su hija, asiste, impotente, a unos hechos que truncarán su vida para siempre─, termina comprometiendo su universo psicológico. A medida que avanza por las páginas de la novela, siente que la historia se envilece, que revela una parte no pequeña de su propia intimidad, que se ha vuelto siniestra y amenazadora. Y no le falta razón. Tres noches es un ajuste de cuentas, la historia de una venganza. Los acontecimientos narrados por Edward en Animales nocturnos proyectan su fantasía con inusitada frialdad, traen de vuelta fantasmas del pasado, dolorosos recuerdos que cuestionan las elecciones que formaron parte de la vida de Susan, haciéndola depositaria de una verdad mortificante. Pero ¿de qué verdad se trata?