SIGNIFYING NOTHING

 

                                       Suele olvidarse que Macbeth, ahora un sueño                                              del arte, fue alguna vez un hombre en el tiempo.

                                                                                                                  Borges

 

 

Poco después de su encuentro con la tres brujas —'weird sisters'; es decir, 'hermanas fatídicas', donde las palabras 'weird'-'wyrd'-'werd' vienen a significar en el inglés antiguo 'destino'—, Macbeth es recibido por el rey Duncan con una mezcla de temor y asombro, pues está —he ahí la naturaleza del personaje— ante quien es artífice de: «Strange images of death» («Imágenes extrañas de la muerte»). La misma voluntad inexorable —y sanguinaria— que mueve sus instintos bélicos para acabar con los rebeldes, haciendo alarde de una gran determinación, lo ha hecho merecedor de tan extraña profecía: «¡Salve, Macbeth! ¡Señor de Cawdor! ¡Salve a ti, que serás rey!».
De aquí en adelante, y cumplido el regicidio,  la progresión asesina a que se aboca sufrirá una escalada sin precedentes. Una orgía de sangre —con la sombra de Lady Macbeth al fondo— acompaña, aguijoneadas por el miedo, cada una de las decisiones de nuestro usurpador. La inicial vacilación y cobardía que demuestra al principio da paso a un delirio mortificante e inculpatorio. Su  conciencia lo acusa, señalándolo como asesino del sueño: «Sleep no more! Macbeth does murder sleep» («No volváis a dormir, que Macbeth mata el sueño»). Macbeth ha sucumbido
—transformando su destino— a los deseos que oculta en su corazón.
A esa conciencia atormentada y sonámbula, entregada a su propia imaginación, como certeramente había observado Harold Bloom, cabría adjudicarle aquel verso conocido de Rimbaud: «Me creo en el infierno, luego estoy en él.», pues Macbeth es, por encima de todo, el infierno de una pesadilla consciente y real. Tan real como la vida misma, si es que la vida no es un sueño también del que difícilmente despertamos, o esa historia «told by an idiot, full of sound and fury» que Shakespeare nos hizo conocer y que nada significa.