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La apariencia configura el espacio visible de la realidad, la ocultación en curso de lo humano, el universo especular que nos atañe; pues dentro habita, late hacia la superficie de su rostro un algo extraño que acontece: El Otro, el mismo, Borges dixit.
¿Ficción de la palabra? ¿Real del lenguaje?
Lindhorst, los azules ojos de Veronika, el registrador Heerbrand, Kreisler...
Yo era Otro.
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blanmaga (miércoles, 29 enero 2014 17:45)
Nunca somos Otro y casi siempre...
Pablo Jiménez (domingo, 02 febrero 2014 18:24)
...me abandonaría
a las infinitudes del azar
y sus lunas erráticas sintiendo
desvanecerse
la niebla de mi nombre.